Entrevista Periódico El Vigia, por Gerardo Ortega.

¿En qué lugares ha presentado la novela Expediente 93? He presentado mi novela en el Centro Estatal de las Artes de Ensenada, Casa de la Cultura de Ensenada, Casa de la Cultura de Tijuana, La FIL Politécnica en Ensenada, La Feria Internacional del Libro en Guadalajara y en distintas Universidades de Ensenada como UABC, Xochicalco, CUT, Universidad Vizcaya de las Américas y en la escuela de gobierno Educational Cultural Complex en San Diego, California. ¿En qué momento empezó a escribir? Después de concluir la Licenciatura en Comercio Exterior y trabajar un tiempo en el área, me percaté de que mi carrera no me satisfacía; entonces como resultado de una búsqueda interna y en pleno ejercicio experimental a los 24 años descubrí en las letras mi vocación. Desde entonces supe que escribir sería el camino a seguir. ¿Tomó talleres literarios o tuvo algún maestro que la guió? Tomé dos talleres literarios en la Escuela de Artes de la UABC en Ensenada, aunque me considero más autodidacta, pues leo desde los nueve años. Leer a otros autores me ha enseñado muchísimo, como conocer puntos de vista, analizar perspectivas, opiniones, ellos también han sido mis grandes maestros. ¿Qué es para usted el acto de escribir? Escribir para mí es ya una necesidad, una forma de vivir. Narrar historias, crear personajes, desmenuzar sentimientos, plasmar ideas o pensamientos se han convertido en un acto que es parte de mí, donde la imaginación y yo tomamos la hoja para erigir mundos. Disfruto inventando amores, desamores, buscando alternativas para mis personajes, desbaratando sus reglas, que sé yo, escribir es también observar, leer, sentir y utilizar todos los sentidos; no me imagino de otra forma. ¿Qué aspecto fue el que le costó más trabajo al momento de concretar Expediente 93? Para mí, crear una historia en sí no es sencillo, tengo que sentir cada uno de los personajes, verlos moverse, hablarme y a veces, el proceso narrativo se detiene; pues no fluye el sentimiento o la acción, no es que me cueste trabajo en sí concretar la historia, pero en gran parte hay que ser paciente también para lograr llegar hasta el fondo de lo que se quiere transmitir, eso por una parte en cuanto a la novela, por otro lado, en cuanto al proceso de publicación una vez que ya se tiene el manuscrito terminado, no es sencillo lograr que te publiquen, pues se requiere de mucha paciencia, valor, esfuerzo y yo diría también que un poco de suerte. ¿Qué lector concretamente, personaje de carne y hueso, le preocupa o le importa más su opinión? Cuando escribo no lo hago pensando en alguien en particular, simplemente me dejo llevar por los hilos de la imaginación y el sentimiento. Escribir es un acto profundo que se comparte con la soledad y uno mismo; la primera persona que debe quedar satisfecha es el propio escritor, pues si quedas contento con el resultado, habrá alguien más que comparta tu sentir, al igual que habrá otros tantos que estén en desacuerdo. ¿Cuál ha sido la impresión más extraña que ha recibido de alguno de sus lectores luego de leer alguna de sus obras? En realidad, me siento bendecida y contenta porque al menos por el momento no he tenido ninguna impresión extraña, por el contrario, más bien alentadora. Por ejemplo, de mi primera novela, La huida, un lector se acercó a mí para comentarme que es músico y si algún día esa novela se llevaba al cine, lo considerara, pues le gustaría componer la música. En mi segunda novela Expediente 93, el director de cine René Bueno, me propuso llevarla a la pantalla grande y es para mí un orgullo que el año pasado hayamos terminado el guión cinematográfico. También he recibido comentarios lindos de otras personas que me han leído y que de alguna manera se han sentido identificados y sobre todo cuando me comentan que no son muy asiduos a la lectura pero que a pesar de eso no han podido soltar mi novela; para mí es un paso enorme, pues con mis letras sencillas pretendo también acercar a los jóvenes a la lectura. ¿El proceso de la escritura es una etapa placentero o dolorosa y por qué? Para mí es una etapa placentera. Adentrarme en el mundo de mis personajes, sus actos y pensamientos es un proceso creativo que me llena, me satisface y a la vez me enseña, pues hay que sensibilizarse y conjugar lecturas, investigación, creatividad, inventiva y volcar todo aquello en líneas para que el lector se vuelva tu cómplice, me parece fantástico. ¿Se considera de alguna manera cronista de un sector de la población o una simple observadora? Una simple observadora que se atreve a contar historias desde la ventana de sus ojos, desde sus dedos ligeros que con osadía y carente de pena, intentan transcribir la voz de esos protagonistas que la acompañan en la soledad, entre sorbos de café por las mañanas, el ruido del silencio y la tranquilidad de la naturaleza que le rodea, donde escribe, donde sueña.

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