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Mostrando entradas de enero, 2015

Uno de los temas que abordo en mi libro: La llave.

El ego es todo lo contrario a la sencillez. Es esa vocecilla que nos grita por más, es otra manera de nombrar a la ambición, es ese animal hambriento que vive dentro de nuestro ser y se alimenta del Yo. Todo a nuestro alrededor influye para que el ego crezca, la misma sociedad nos impulsa a eso: A ser competitivos, a tener cada vez más (cosas materiales, títulos, reconomientos, etcétera), con la falsa idea de que eso nos hace mejores. En ocasiones se confunde el ego con exceso o carencia de autoestima, aunque en lo personal considero que son dos cosas distintas, ya que puedes tener un autoestima elevado y no por eso exceso de ego. El ego siempre está buscando satisfacer tus deseos con base en parámetros sociales, lo cual no permite que despiertes la conciencia de tu ser. Osho, en El libro del ego, menciona un ejemplo maravilloso. “Alejandro Magno tenía enormes problemas. Su yo interno quería ser el conquistador del mundo, y casi llegó a conquistarlo. Digo casi por dos razones. En su

Navidad sin árbol.

El pasado diciembre me rehusé a comprar árbol navideño. No quise comprarlo no porque no me gusten sino porque no sentí el deseo de decorar mi casa con luces y esferas de colores. Sólo coloqué un nacimiento y una nochebuena, y mientras lo hacía; me puse a pensar en todo lo que se ha tergiversado el significado de un día tan especial. Se ha vuelto más un requisito de la sociedad que un día de agradecimiento. Las tiendas atiborradas con objetos alusivos venden felicidades momentáneas que inician con una sonrisa y terminan con la tarjeta de crédito. El árbol de navidad y el significado de los ornamentos decorativos ha ido cambiando a través de los tiempos. Se cree que hasta principios del año 700 un evangelizador Alemán tomó la costumbre de los nativos europeos que adoraban al dios del sol, adornando un árbol para venerarlo, este evangelizador lo cambió por un pino para simbolizar el amor de Dios, luego lo decoró con manzanas como símil del pecado original y con velas para simular la Luz