El sueño.

El, en señal de saludo, tomó la mano derecha de la chica y con sutileza posó sus labios sobre ésta al estilo antiguo, la mirada de ambos se cruzó. Ella sintió un dolor en el estómago y trató de soltrse al mismo tiempo que desviaba la mirada para no demostrarle su sentir, sus ganas de preguntar qué había pasado entre ambos, quería exigirle una explicación, quería saber por qué desapareció como había llegado, así, tan de repente, sin decir una sola palabra, por qué un día había besado sus labios y prometido conocerla para vivir una gran aventura. Dónde se había quedado todo aquel teatro? Dónde quedaba la historia que le había inventado?
— Cómo está? — le preguntó el.
— Bien— Respondió ella.
Ella no supo qué mas decir o comentar, no supo cómo reaccionar, lo único que sabía es que la gran aventura se había esfumado por alguna ventana.
De pronto el despertador le regresó a la realidad y con desgano, estiró el brazo izquierdo para alcanzar el aparato, sonrió al saber que estaba soñando y que el hombre que había soñado había sido solo eso, un sueño.