Pruebas.
—¿Qué pasa con aquellos amores a destiempo, abuela? —preguntó María recostada sobre el regazo de la anciana, mientras ésta le acariciaba el cabello castaño.
—Mi niña,¿qué sabes tú de los amores a destiempo?
—Más de lo que te imaginas abuela —respondió con un nudo en la graganta, conteniendo el llanto.
— Creo que los amores a destiempo son pruebas del destino.
—¿Pruebas? —cuestionó María frunciendo el ceño.
— Sí, estoy segura de que esas almas seguirán luchando por volverse a encontrar en otras vidas o en otros tiempos hasta lograr estar juntos, sin el impedimento de terceros. Esa es la prueba.
—¿Eso quiere decir que me tengo que resignar en esta vida?,¿que tengo que abandonar toda lucha? —preguntó irritada y se irguió para enfrentar la mirada de la anciana y buscar en sus ojos lo contrario a sus palabras.
— Eso quiere decir —la tomó de las manos— que si amas algo lo tienes que dejar libre mi niña, si regresa es tuyo, si no, nunca lo fue —respondió la anciana recordando su primer amor, aquel que le partió el corazón y le enseñó que la vida no es color de rosa, aquel amor que le enseñó a no aferrarse, a soltar, a dejar ir...
— No creo poder hacer eso abuela.
— Entonces no aprenderás la lección mi niña, el amor es así, es libertad, es perdonar a la vida, a la situación, a ti misma, a ese amor a destiempo y todo el dolor que te rodea —María abrazó a su abuela, esta vez sin poder detener sus lágrimas.
— No sé cómo lograrlo.
— El tiempo curará tus heridas, es la mejor medicina para todos los males, te lo aseguro, sólo deja libre tu amor y continúa, quizá la vida te de la sorpresa y ese amor a destiempo se ajuste a ti.
María suspiró y continuó aferrada a los brazos de su abuela.
—Mi niña,¿qué sabes tú de los amores a destiempo?
—Más de lo que te imaginas abuela —respondió con un nudo en la graganta, conteniendo el llanto.
— Creo que los amores a destiempo son pruebas del destino.
—¿Pruebas? —cuestionó María frunciendo el ceño.
— Sí, estoy segura de que esas almas seguirán luchando por volverse a encontrar en otras vidas o en otros tiempos hasta lograr estar juntos, sin el impedimento de terceros. Esa es la prueba.
—¿Eso quiere decir que me tengo que resignar en esta vida?,¿que tengo que abandonar toda lucha? —preguntó irritada y se irguió para enfrentar la mirada de la anciana y buscar en sus ojos lo contrario a sus palabras.
— Eso quiere decir —la tomó de las manos— que si amas algo lo tienes que dejar libre mi niña, si regresa es tuyo, si no, nunca lo fue —respondió la anciana recordando su primer amor, aquel que le partió el corazón y le enseñó que la vida no es color de rosa, aquel amor que le enseñó a no aferrarse, a soltar, a dejar ir...
— No creo poder hacer eso abuela.
— Entonces no aprenderás la lección mi niña, el amor es así, es libertad, es perdonar a la vida, a la situación, a ti misma, a ese amor a destiempo y todo el dolor que te rodea —María abrazó a su abuela, esta vez sin poder detener sus lágrimas.
— No sé cómo lograrlo.
— El tiempo curará tus heridas, es la mejor medicina para todos los males, te lo aseguro, sólo deja libre tu amor y continúa, quizá la vida te de la sorpresa y ese amor a destiempo se ajuste a ti.
María suspiró y continuó aferrada a los brazos de su abuela.
Comentarios
Saludos a todos!
gracias por pasar por mi blog