De la moda, lo que te acomoda!

Sigo sin entender el estereotipo impuesto con esos diseños para chicas de una delgadez extrema, en los que, a mi punto de vista, la sensualidad femenina no tiene cabida y lo único que se consigue es desfigurarla. ¿Qué pasó con las curvas que simulan senderos, pendientes y volcanes? Ésas que muestran la belleza de la mujer real y no la que venden las revistas: Caprichos de diseñador que rozan la ridiculez, escudados en el aporte de novedades para el mundo de la alta costura. Uno de los problemas es que se crea la impostura de que lucir bella es sinónimo de esqueleto, por lo que las adolescentes y mujeres con baja autoestima pretenden parecerse a la modelo de revista, creyendo que así son más chic y se olvidan de que todo es una fantasía, una trampa de la mercadotecnia. Te venden la ilusión de clase y estilo acompañado del término “flaco en los huesos” y que no se me malinterprete, estar delgado, pesar acorde a tu estatura y llevar una alimentación balanceada para sentirte bien contigo es lo más saludable, pero no llegar al extremo tal de lechuga y agua para no engordar, y tampoco se malinterprete que no me gusta la moda, al contrario, me encanta, pero siempre aplico el dicho: “De la moda, lo que te acomoda”. Hace algunos años tomé un curso de modelaje en San Diego y recuerdo una de las clases en la que el maestro comentó que entre más duela una postura mejor sale la foto, haciendo énfasis en la pose couture —se colocan las manos en la cintura y se inclina el torso hacia delante, para que los huesos de la clavícula se marquen más, normalmente se usa para modelar vestidos de gala—. El caso es que nunca entendí la belleza en lucir el hueso de la clavícula, mucho menos en las poses de contorsionista, que en lugar de resaltar la figura la deforman. Aunque a últimas fechas ya encontramos modelos como Robyn Lawley o Candice Huffine, que bien pueden caer en el polo opuesto. Los ciclos de la moda siempre están en constante cambio, como todo en la vida, de otra forma no tendría sentido, pues hay que innovar, se trata de vestir a la mujer con diversas opciones a elegir, es un juego que tiene que ser divertido y no un calvario al momento de escoger una prenda. Luego en la tienda encontramos ropa de telas vaporosas o escotes muy pronunciados, que dependiendo quien la porta, divide una delgada línea entre lo sexy y lo vulgar, eso sin pensar que las medidas no siempre corresponden a lo que marca la etiqueta. Encuentro todo de verdad en esa otra frase que reza: En gustos se rompen géneros y creo que lo más importante es ser auténtica, ser fiel a ti misma y crear el estilo que más te defina, pues si bien es cierto que debemos buscar y sacar provecho a las partes de nuestro cuerpo que sabemos lucen mejor, de tal forma que nos sintamos cómodas y a la vez seguras. El autoestima se refleja de adentro hacia afuera y, sin duda, hay que tener bien claro que tú haces a la ropa y no la ropa te hace a ti.

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