LA OTRA CARA DEL ASESINO.

"La otra cara del asesino" es el nombre de mi tercer novela y quiero compartir con ustedes un pedacito del primer capítulo, así es que si no escribo muy seguido por aquí es que estoy trabajando en ella.
Saludos!

CAPITULO I.

Graciela abrió los ojos a las 5:28 de la mañana, justo dos minutos antes de que el despertador interrumpiera sus sueños con aquel espantoso sonido que le provocaba sobresalto. Estiró la mano izquierda para alcanzar el aparato y con el dedo índice, presionó el botón de la derecha hasta que de la pantalla desapareció el punto rojo de encendido. Había sido una semana intensa y no quería pensar en el trabajo que le esperaba en su escritorio.
Extendió las piernas y los brazos como solía hacerlo desde niña. Inhaló y exhaló en tres ocasiones tratando de despejar su mente. Retiró las frazadas de su cuerpo y aun soñolienta dirigió sus pasos hacia la regadera. Hubiese preferido bañarse con agua tibia, pero se había hecho la promesa de utilizar solo agua helada desde hacía tres meses, justo el día de su cumpleaños. Había llegado a los “veintidiez” como ella le decía y temía que algunas partes de su cuerpo empezaran a tornarse flácidas. Recordaba las palabras de su madre, sin evitar que le causara gracia —“El agua caliente te va a aflojar los cueros”— lo peor del caso era que empezaba a creerle, todo cae por su propio peso —se dijo— e hizo presión sobre el seno izquierdo y después lo soltó, comprobando amargamente la ley de Newton. Y aunque en su mente cabía la posibilidad de “meterse cuchillo” el pavor al quirófano era más fuerte que su vanidad.
Aguantando la respiración, se introdujo en el fresco líquido y al sentir el contacto con éste notó la dureza de sus pezones, el agua recorría su delgado cuerpo al mismo tiempo que trataba de relajar los músculos — bah! No estoy tan mal.
A lo lejos le pareció escuchar el timbre del teléfono, extrañada cerró la llave y agudizó el oído. Con un movimiento rápido deslizó la cortina y tomó la toalla que colgaba de la pared para envolverse en ella. Normalmente no recibía llamadas en su departamento y al pensar en ello sintió un dolor en el estómago, solo su jefe y su mamá tenían ese número. Presurosa tomó el aparato:
— ¿Diga?
— Graciela, buenos días, intenté comunicarme a tu celular pero se encuentra apagado, ha ocurrido un homicidio en la calle D’ambar, es urgente que te presentes lo antes posible en el lugar del crimen, dos menores y ambos padres han sido asesinados.
Graciela no tuvo tiempo de nada, simplemente se despojó de la toalla ignorando el charco que dejaba en la alfombra. Recogió su oscuro, largo y húmedo cabello en una cola al miso tiempo que tomaba la ropa interior del primer cajón del tocador, aplicó desodorante y roció su cuerpo con perfume esperando no oler a rayos mas tarde, se colocó el uniforme y el arma en el cinturón. Deslizó el lipstic sobre sus labios y pintó con rubor las mejillas, sus grandes ojos negros reflejaron miedo frente al espejo, la pregunta giraba en su cabeza, — ¿acaso se repetiría la historia? No quería pensar de forma negativa, pero pasar otra vez por lo mismo le aterraba.
Dio media vuelta y atravesó la pequeña recámara de paredes claras y muebles oscuros, cruzó el pasillo que dividía la sala del comedor, tomó sus llaves y salió del departamento nerviosa.

Comentarios

Conversaciones de todo ha dicho que…
Nurkia qui en Venezuela, tenemos un tirano, y todo tiene miedo, altirano, que es un asino.
Anónimo ha dicho que…
Hola, Nur! ya terminaste tu tercer novela??? o está en proceso! wow! por eso de repente andabas así sin inspiración, luego de escribir una novela!!!!!!

Me gustó este pedacito, está interesante!!!!

Entonces esperamos por más! ;)

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