Aprendizaje.
Estuve ausente durante casi dos semana y en ese tiempo aprendí una gran lección, en alguno de mis escritos he comentado que siento que Dios nos habla a través de las personas y en efecto lo sigo creyendo, sin emabrgo, también creo que lejos de estar triste por lo que pasó, debo de estar consciente de que no siempre se dan las cosas como pensamos o queremos por alguna específica razón y eso es parte del aprendizaje. Les contaré brevemente mi anécdota. Recordarán que tenía pendiente un viaje a Ciudad de México para firmar contrato con el Politécnico Nacional, en el cual se llevaría a cabo la reimpresión de mi primer novela así como la distribición de la misma, pues bien, así lo hice, me dirigí a mi destino con gran emoción y para mi mayor desilusión me encontré con que todo había sido una mentira, el responsable de llevar a cabo la promesa de publicación solo estaba interesado en mi persona, —de la forma que se pueden imaginar claro está— queía un trueque, jajaja. Quizá esté acostumbrado...